miércoles, 11 de abril de 2012

Vengo del colapso.


  Vengo de un colapso buscando la calma pero me esquiva. 
De un derribo cuya humareda me impide el trasiego del aire. 
De un profundo dolor que me enloquece y ata.
De un rencor que a diario me envenena.
Traigo la cabeza rota de tanto agitarse en vano.
La sangre seca es polvo, detenido en mis arterias.
Veo un manto que es llanto, eclipse, horror, espanto.
Piel desierta, yerta deshojándose  




















   Si, creo que lo voy a dejar, estoy harto de estar enredado en el azul y no soporto tener guías espirituales ni psíquicos, he cometido tantos errores que me hacen ser quien soy que estoy dispuesto a seguir cometiéndolos pero asumiéndolos como propios. Todo esto me parece una entelequia de la que estoy muy cansado, ni siquiera puedo esperar curarme pues no se trata de eso, así que ser más consciente de la mierda solo agudiza el olfato y no quiero olerla más (parece que sin hache es peor aún). Intentaré hacerme a mi mismo o sobrevivir como pueda, pero salgo de la tumbona y en cuanto pueda de la ingesta, no quiero más.
  Escribiré o haré lo que pueda por expresarme, pero para lo que voy a vivir, ya está bien de enfangarme en el estiércol. 




Por ahora, este documental.






Espero volver a verla pronto y ver qué me remueve, sugiere...






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