Esta claro que me ha dado por las pequeñas pelis, es mucho más fácil encontrar una pequeña que una gran peli y no deja de tener su encanto. Jamás me habían interesado películas de chico-chica y tampoco es que ahora me interesen mucho, sino que salto por encima de mi autoprotección contra algunas de ellas y me permito verlas. Es extraño y curioso el hacerlo, carecía de esa experiencia y no resulta tan mala o degradante como pensaba. Es otro cine, seguirá sin ser el mío, pero puede verse y aprender de como lo cuentan siempre y cuando estén bien hechas, lo cual no es lo habitual, pero se da y cuando lo encuentras, se dejan ver sin problemas, discurren como el agua clara sin grandes meandros, por cauces preestablecidos en gran medida, pero suele haber algo que aprender. Eso y quitarme los prejuicios al respecto, es lo que me ha interesado también en esta, pese al happy-end cogido a lazo.
Los Blogs siguen generándome una curiosa, extraña y casi indescriptible relación. No sabes quién lo lee o ve y si me apuras ni quiera si es así o se trata del puro azar al que se presta el navegar por internet. Pese a todo, algo tienen, algún morbo despiertan porque de otro modo lo hubiera dejado hace tiempo, pese a la manifiesta desventaja de quién escribe frente a quienes leen, será que mi exhibicionismo pesa más que mi pudor, aunque no lo creo porque suelo ser bastante críptico aunque a mi me resulte cristalino. Quizás lo que más me gusta puede ser esa condición de diario metafórico en el que puedo ver por donde he ido pasando en cada momento. Eso da pie a reinventar y recordar de un modo diferente al habitual, puesto que descubriendo apenas una pequeña parte del engranaje, puedes (quién lo escribe) reconstruir el reloj al completo y eso me atrae como forma de contar, de hecho es quizás la forma en que me gusta contar las cosas.
Este temilla se lo dedico a cuantas personas
he querido,
quiero,
me quieren
y me han querido.
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