Entre Fito y los redobles que anuncian el enfrentamiento, me detengo. Hay que organizarse, por eso congelo el frame, pero como resulta ya habitual en mí, al congelarlo, se ha fugado el resto del personal que efectuó el salto. Solo, congelado y redoblando, cancelo un nuevo arranque por falta de personal. Con los Sioux daba gusto, pero en estos contornos no se qué pasa, huyen, ni un paso al frente, huyen, no les sacas de las cañas ni robándoles lo poco que han conseguido acumular en treinta años de curro. Conclusión: la cerveza española bien tirá, tiene propiedades que aún están por descubrir. Se diría que distorsiona la realidad sin perturbar la percepción de quienes la ingieren.
¡¡Siete cañas pa los de la serrería!! pidió un feligrés de la taberna con las dos manos y tres dedos.
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