Es tan cerebral el ritmo como cercano a la hipnosis.
Engancha visceralmente introduciéndose en tu cuerpo como un relámpago que te conecta con esa pérdida de sentido a la que es difícil sobrevivir.
Hay algo congénito, algo que sin saber compartimos los seres humanos y este chico expresa y dicta a la perfección imantándote sin truco ninguno de modo que descubres tu identificación tras la cual terminas por preguntarte si te lo acaba de inocular o simplemente ha revelado algo tan íntimo que tu mismo desconocías.